La estrategia del creacionismo
En la polémica ciencia y creacionismo, se ha hecho mención a enfrentamientos entre ambas posiciones tanto en comités escolares como en tribunales judiciales. Sin embargo, no hay referencia a la eficacia o sentido de tener debates de tipo académico o en escenarios públicos como los televisivos, a los que los norteamericanos son bastantes afectos.
Richard Dawkins explica a continuación porqué viene desde hace décadas evitando el debate con los creacionistas. Sus razones son orden estratégico:
En los '80, mientras visitaba los Estados Unidos, una estación de televisión me propuso un debate con un creacionista prominente llamado, creo, Duane P. Gish. Llamé por teléfono a Stephen Gould para que me aconsejara. Fue cordial y resuelto: "No lo hagas". El tema central no es, decía, si uno "podría ganar" el debate o no. Los creacionistas no aspiran, de manera realista, a ganar el debate. Para ellos es suficiente con que el debate se lleve a cabo. Necesitan la publicidad. Nosotros no. Al público incauto que compone su audiencia natural, les alcanza con ver a su hombre compartiendo el escenario con un verdadero científico. "Debe haber algo en el creacionismo, o el Dr. Tal-y-Tal no habría consentido en discutirlo en igualdad de condiciones.
"Es inevitable que, cuando rechaces la invitación, te acusen de cobardía o de incapacidad para defender tu propia creencia. Pero, en vez de proporcionar a los creacionistas aquello que anhelan: el oxígeno de la respetabilidad en el mundo de la verdadera ciencia, es mejor responder a estas acusaciones animando al creacionista de turno a enviar cualquier prueba que tenga en contra de la evolución a una de las tantas publicaciones respetables como Nature, Science o Biological Reviews en las cuales todos los científicos publican sus trabajos, sometiéndolos al arbitraje anónimo de colegas. Si realmente un trabajo descubriese una falacia en la teoría de la evolución o presentara pruebas convincentes en contra de ella, cualquier editor haría todo lo posible por publicar ese trabajo, el que se convertiría en la noticia del siglo, en el ámbito científico.
Comparando peras y manzanas
Como se ve, Dawkins propone otra razón de tipo estratégico, propiciando la autonomía de la comunidad científica: si el debate finalmente se realiza, éste debe llevarse a cabo en el terreno científico, pues al fin y al cabo, la Evolución es una teoría científica. El Creacionismo no lo es, ya que está basado en la fe. Comparar ambos es como comparar peras y manzanas.
Pero el gato encerrado del Creacionismo es principalmente la deducción de que si la ciencia no puede explicar algo, la explicación tiene que ser divina. Nada importa analizar las abundantes pruebas de por qué los seres humanos tenemos esa tendencia a buscar y encontrar una explicación metafísica a todo lo que nuestra razón no pueda explicar de forma empírica. De nada sirve insistir en que estas explicaciones ya han sido atribuídas a miles de dioses diferentes ni que muchas de aquellos misterios ya no lo son.
Cuando leo o escucho a un creacionista sólo pienso:
Mira, sé por que dices lo que dices. Sé lo que te empuja a aferrante a tus creencias y negarte a ti mismo el esfuerzo racional de buscar una explicación empìrica que satisfaga tu razón más que tu corazón. Mal que mal, ya se han hecho suficientes estudios que explican precisamente esto. Sólo tienes que buscarlos. Es posible que mis explicaciones cientìficas no te dejen satisfecho, no me digas que esa insatisfacción se basa en la falta de pruebas o evidencia cientìfica, porque tu posición es aun más carente de ello. Si en este duelo usas mis armas, vas perdido. Si yo uso las tuyas, pues creo más en lo que me dicta mi razón, mi raciocinio lógico, que en satisfacer una necesidad metafísica de creer en algo de lo cual no tengo evidencia alguna. Creo que en esto tu fe es más fuerte que la mía precisamente porque tú crees en algo que sufre una carencia total de pruebas, mientras que yo creo en el conocimiento. El mìo y el de otros que mi razòn acepta. Pero no me vengas a decir que tu fe ES conocimiento, porque tanto tñu como yo sabemos que no lo es. Y ahí lo dejamos.
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